
Ana Flor Landa ha vuelto a pisar su vivienda de Bermeo este domingo, casi dos años después de perder el acceso a ella. La casa, situada en la calle Morondo, permanecía ocupada desde septiembre de 2023. Este fin de semana, los okupas sacaron sus pertenencias y entregaron las llaves a la Policía Municipal, poniendo fin a un episodio de angustia y frustración que se alargó durante meses. Ana Flor ha contado a Radio Nervión que cree que la presión vecinal y mediática ha sido clave: “Los vecinos han apoyado, y la presión que hemos hecho ha funcionado”.
Sorpresa tras un viaje
Todo comenzó cuando la bermeotarra dejó su hogar por un viaje corto, confiando en una persona conocida que le pidió el favor para otro allegado que buscaba alojamiento por una oferta de trabajo en el municipio. Les dejó las llaves para que hiciesen una copia, con la promesa de devolverlas. Nunca lo hicieron. A partir de ahí, los okupas llegaron a acudir incluso a la comisaría de la Ertzaintza, alegando la existencia de un supuesto acuerdo verbal de alquiler. También acusaron a la propietaria de cambiar la cerradura sin permiso.
Durante este tiempo, Ana Flor continuó pagando gastos asociados al inmueble, como facturas de la luz que superaban los 200 euros, pese a no poder acceder a su vivienda ni disponer de ella. Su situación económica se resintió seriamente.
En un intento de mediar, su exmarido acudió a la vivienda junto a agentes policiales. Allí, les comunicó a los ocupantes que no existía contrato alguno y les dio siete días para marcharse. Ante la negativa, la mujer presentó una denuncia. El juicio por este caso nunca llegó a celebrarse tras año y medio de espera, ya que los ocupantes estaban empadronados en la vivienda.
La lucha seguía
Más adelante, presentó otra denuncia por usurpación, pero a solo dos días de celebrarse la vista, fue suspendida por la incomparecencia de los demandados, a los que «no lograron localizar».
En las últimas semanas, Ana Flor decidió plantarse frente a su casa para reclamar lo que era suyo. Este domingo, su persistencia se vio recompensada. Aunque al regresar ha detectado que faltan objetos personales y aún quedan pertenencias ajenas en el interior, la vivienda ha vuelto a sus manos. Finaliza así un largo proceso que comenzó con un acto de confianza y acabó con una dura lucha por recuperar su hogar.
Sentimiento encontrados
En Radio Nervión hemos hablado con Ana Flor que confiesa sentirse con sentimientos encontrados: “Me encuentro muy cansada mentalmente, bastante mal. Ha sido muy duro y esto pasará factura. Tengo alegría porque recupero mi casa, por supuesto, pero también mucho cansancio. Todo curará”. Asegura que faltan pertenencias, especialmente calzado y otros objetos que no pudo llevarse entonces.