
Después de meses de espera y un año de retraso sobre lo previsto, el radar de tramo de Saltacaballo, en la A-8, ya ha entrado en funcionamiento. Aunque durante todo agosto no impondrá sanciones, el dispositivo ya está activo y registrando velocidades en una fase de ajustes técnicos y periodo informativo para los conductores. A partir del 1 de septiembre, comenzará a multar a quienes superen los 100 km/h de media en el tramo controlado, que se extiende durante 6,5 kilómetros entre la cuesta de Ontón y la salida de Castro Urdiales sur.
Este radar sustituye al anterior límite de 80 km/h, y la nueva velocidad busca una circulación más fluida y homogénea, evitando frenazos bruscos y reduciendo la alta siniestralidad que históricamente ha caracterizado a esta zona de la autovía del Cantábrico. Se trata de uno de los radares de tramo más largos de Cantabria y medirá la velocidad media real entre dos puntos. Ya no servirá frenar puntualmente: si se circula por encima del límite permitido en todo el recorrido, llegará la multa.
Punto conflictivo
La DGT ha justificado su instalación como parte de un plan para reforzar la seguridad vial en un tramo por el que circulan más de 64.000 vehículos diarios en época estival. Muchos de ellos son conductores vascos que regresan o se dirigen a la costa cántabra. Solo en 2021, el radar anterior del entorno de Saltacaballo generó más de 12.000 multas, convirtiéndose en uno de los que más infracciones detecta de todo el Estado. Las autoridades confían en que este nuevo cinemómetro contribuya a reducir riesgos y mejore la circulación en uno de los puntos más conflictivos del norte.