
En pleno ambiente festivo de Aste Nagusia, un nuevo protagonista se ha colado entre las barras y cuadrillas: el chupito Turbo. Ni el clásico Tequifresi ni el popular Plata o plomo logran hacerle sombra este año a esta bebida que destaca tanto por su presentación como por su sabor.
Un envase curioso
El Turbo se sirve en una curiosa botella que simula ser una lata de carburante, un guiño que llama la atención de quienes buscan algo diferente. Su aspecto sorprende aún más por el color azul cristalino, que lo convierte en uno de los tragos más fotografiados en las txosnas y bares del recinto festivo.
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Descrito por sus creadores como un “licor de alto octanaje”, este chupito se elabora mediante maceración en frío y alcanza una graduación del 18%. Su sabor resulta agradable y afrutado, con aromas dulces y frescos que, según explican, proceden de la combinación de diferentes frutas.
Con esta mezcla de originalidad y estética llamativa, el Turbo se ha convertido en el chupito de moda en la Aste Nagusia bilbaína, dejando claro que cada año también marca tendencias en la barra.