Vecinos de Bilbao critican la nueva Ordenanza de Terrazas: “No garantiza el descanso ni la accesibilidad”

Las asociaciones vecinales denuncian la falta de control y proponen medidas para proteger el sueño y la accesibilidad
Terraza de bar. / Freepick

El borrador de la nueva Ordenanza de Terrazas no garantiza la calidad de vida y el derecho al descanso del vecindario de Bilbao. Esto es lo que señalan desde las asociaciones vecinales de Uribitarte Anaitasuna, Ledesma, Muelle de Martzana y Bihotzean del Casco Viejo.
Indican que el borrador podría haber sido la herramienta para corregir y mejorar la calidad de vida y otorgar un derecho al descanso del vecindario de Bilbao.

En concreto señalan que no se proporcionan reglas para supervisar mejor el cumplimiento de la normativa. Por ejemplo, no hay inspectores del Ayuntamiento que pasen a partir de las 20h para controlar la ocupación de las terrazas, el uso reiterado de equipos de música no autorizados, la no retirada del mobiliario público… La policía de Bilbao, a la que les remiten, no da de sí para atender a estas cuestiones. En este sentido, según resaltan, la media hora que se propone adelantar el cierre de terraza, los límites acústicos de los bares, la recogida del mobiliario, no sirven de nada si no hay nadie que vigile su cumplimiento.

Medidas que proponen desde estas asociaciones

En zonas residenciales, según explican, las terrazas deberían respetar el descanso de los residentes, garantizado un mínimo de 7 horas de sueño para las personas.

Consideran  fundamental definir la ocupación óptima del espacio público por terrazas, considerando las características de la calle y el flujo de personas. Dicen que esto evitaría la venta total del espacio público al negocio y garantizaría que las calles permanezcan accesibles para todos. Además, proponen que las autorizaciones de terrazas se limiten para evitar aglomeraciones y facilitar el tránsito peatonal.

Por otro lado, el problema principal, según inciden,  reside en una incorrecta política de adjudicación de las autorizaciones intentando convertir lo que era un espacio peatonal de viviendas en una zona de copas. En aceras de gran flujo peatonal, se requieren 3 metros libres de obstáculos para asegurar un tránsito fluido. En calles peatonales sugieren limitar la ocupación de terrazas al 30% del espacio disponible.

Con todo ello quieren evitar situaciones como las que se producen, según recuerdan, en Distrito de Abando, el Casco Viejo y calles emblemáticas como Ledesma o Muelle de Martzana, en donde afirman que la disposición continua de terrazas complica notablemente el tránsito peatonal y genera aglomeraciones. Esto repercute en la accesibilidad, dificultando la libre circulación, especialmente para personas con movilidad reducida, quienes utilizan sillas de ruedas o carros de infancia.


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