La Guardia Civil del País Vasco y la Policía Nacional han desmantelado una organización criminal que introducía grandes cantidades de cocaína en la costa cantábrica, mediante sofisticados métodos de transporte. La operación, denominada Buciero-Anchoa, se ha saldado con la detención de tres personas. Además, se han decomisado 60 kilos de cocaína y la intervención de vehículos modificados especialmente para el ocultamiento de drogas.
Control en la AP-68
La investigación comenzó tras un hallazgo en un control rutinario en la autopista AP-68, en Arrigorriaga (Bizkaia), donde agentes del Servicio Fiscal de la Guardia Civil interceptaron un vehículo con 58 kilos de cocaína escondidos en un doble fondo. A partir de ahí, se identificó un coche “lanzadera” que acompañaba los transportes para alertar de posibles controles policiales, lo que permitió avanzar en la investigación.
Gracias a la coordinación con la Policía Nacional, especialmente con el Grupo de Estupefacientes de Burgos, se confirmó que el conductor del vehículo lanzadera ya estaba siendo investigado. En agosto, ambos cuerpos lograron detener al presunto cabecilla de la red —un vecino de Santoña— junto a otro individuo, durante un nuevo intento de transporte de droga.
60 kilos de cocaína
En total, la operación ha permitido incautar 60 kilos de cocaína valorados en más de 1,5 millones de euros, dos vehículos con compartimentos ocultos («caletas») con avanzados sistemas de apertura. También se incautaron siete teléfonos móviles y más de 3.000 euros en efectivo. Todos los detenidos han ingresado en prisión por orden del juzgado de guardia de Santoña.
La colaboración entre la Guardia Civil del País Vasco, agentes de Cantabria y la Policía Nacional ha sido clave para desarticular por completo esta red dedicada al tráfico de drogas en el norte de España.
