En pleno corazón del Casco Viejo de Bilbao se encuentra un bar que se ha ganado la fama por sus chupitos originales y su ambiente joven y desenfadado. Desde el famoso Cerebrito, con base de absenta y 60-65 grados de alcohol, hasta los elaborados flambeados o los B52, el local atrae tanto a locales como a visitantes en busca de experiencias únicas y asequibles.
El origen del bar se remonta a la época de estudiante de su propietario, quien siempre ha sentido pasión por la coctelería. “Los chupitos son algo muy típico de nuestra cultura y permiten explorar este mundo de forma más asequible”, explica.
Entre los chupitos más populares se encuentran los caseros, con base de zumo de limón natural, azúcar, mucho vodka y puré de frutas. En estos, por ejemplo, se usa coco, melón o frutos del bosque, dependiendo de la temporada.
400 chupitos al día
Un fin de semana de invierno, el bar puede llegar a vender hasta 400 chupitos al día, una cifra que refleja la enorme demanda de sus creaciones.
Los precios también varían según la complejidad: desde 1 euro durante la happy hour hasta 3 euros los más elaborados. Además, el bar se adapta a los gustos del cliente, ofreciendo personalizaciones para quienes buscan un toque único en sus chupitos.
El Cerebrito
El Cerebrito, su bebida estrella, se sirve siempre tras advertir al cliente sobre su alta graduación alcohólica. Es una de las experiencias más comentadas por quienes se animan a probarlo.
Con una propuesta que combina creatividad, sabor y diversión, este bar se consolida como un referente de la coctelería en miniatura en Bilbao, demostrando que los chupitos no son solo una tradición, sino también una forma de innovar en el mundo de los bares.