El de Darrun Hilliard ha sido uno de los nombres que ha estado en la boca de todos los aficionados del Surne Bilbao Basket en el primer mes de competición. El de Pensilvania llegaba con grandes expectativas y un currículum sin parangón en la historia del club. Pero la suerte no le ha acompañado en estos primeros partidos.
Frente al BAXI Manresa, el pasado fin de semana, dejó sus primeros chispazos de calidad. Sostuvo a los MIB en el tercer cuarto con un trance anotador, aunque el partido se acabó decantando a favor de los catalanes. Que el Nou Congost entrase en juego tras una provocación suya a la grada resultó, a la postre, decisivo en el devenir de un partido en el que se jugó -y falló- la última posesión.
Su actuación en Grecia contra el Peristeri tampoco fue excesivamente halagüeña. Por eso mismo, su excelsa actuación frente al Casademont Zaragoza ha sorprendido a propios y extraños. Entre medias, dos partidos ante Brno y Kutaisi en los que gozó de muchos minutos para ir recuperando sensaciones.
20 puntos, con un soberbio 6/7 en tiros de tres, y tres asistencias. Máximo anotador en un partido en el que Melwin Pantzar brilló con luz propia -12 puntos y 14 asistencias, récord total del equipo- y donde se llevó también un cálido aplauso de Miribilla.
Darrun Hilliard celebró con la Peña Hirukoa
A la conclusión del encuentro, Hilliard celebró como ya han hecho varios jugadores en los últimos años. Sin camiseta, subió al rincón de la grada de animación que lidera la Peña Hirukoa Taldea para darse un baño de masas. Brazo en alto, el de Pensilvania puso el broche final a su primera tarde de gloria en Bilbao. Los aficionados de los MIB respiran tranquilos, y confían en que en los próximos compromisos siga en esta línea.
