El ambiente navideño ha ido ganando protagonismo en España, y aunque muchos destinos presumen de su iluminación, hay un pequeño enclave de Cantabria que vuelve a destacar por encima de todos. Se trata de Quijano de Piélagos, un pueblo que algunos visitantes comparan con Laponia gracias a una decoración que este año alcanza las 500.000 bombillas repartidas por cada rincón.
Un espectáculo que ilumina medio pueblo
Quijano apuesta fuerte por la Navidad. Desde fábricas de juguetes hasta casas temáticas, cada espacio demuestra el enorme esfuerzo de sus vecinos por convertir el pueblo en un auténtico escenario invernal. El Ayuntamiento añade un atractivo extra: el Tren de la Navidad, un servicio gratuito que conecta Quijano con Renedo de Piélagos para facilitar el acceso a los visitantes y dar un impulso al comercio local. Funciona cada tarde, de 18:00 a 22:00 horas, hasta el 5 de enero.
Los vecinos se vuelcan
La magia no surge solo desde el consistorio. Más de una treintena de viviendas se suman con decoraciones tan imaginativas como una pastelería de cuento, una escuela de música o una heladería luminosa. Los vecinos impulsan este proyecto comunitario que combina tradición, trabajo manual y una creatividad que sorprende a quienes recorren las calles al anochecer.
Quijano, con apenas 300 habitantes, consigue atraer cada año a miles de personas que buscan un plan navideño diferente. El encendido, que comienza el 1 de diciembre, convierte este enclave situado entre Santander y Torrelavega en uno de los escenarios más fotografiados del invierno. La restricción de vehículos en su interior y los aparcamientos habilitados en las inmediaciones hacen más cómodo el recorrido para familias y curiosos.
La visita a Quijano se ha convertido en una tradición para quienes desean vivir una Navidad entrañable, especialmente para quienes viajan con niños.