Iker Merchán lo dejó claro desde el principio: “Tenemos que comprobar cada dato que nos den”. Durante su intervención en la charla ‘Bulos fuera, personas dentro’, impulsada por Radio Nervión y el Departamento de Cultura y Política Lingüistica del Gobierno Vasco, el doctor en Periodismo explicó que la lucha contra la desinformación comienza con algo tan simple —y tan difícil— como parar. Si un mensaje nos provoca enfado, tristeza o euforia, debemos desconfiar. “La regla de oro es no compartir de inmediato”, insistió.
El método: quién lo dice, cómo lo sabe y dónde comprobarlo
Merchán recordó que distinguir entre emisor y fuente es esencial. El ejemplo fue claro: un amigo puede enviarnos un mensaje, pero eso no significa que sea quien realmente sabe lo que afirma. Sin una fuente verificable, no existe información fiable.
Para evitar caer en cadenas de rumores, planteó tres preguntas básicas que todos deberíamos hacernos antes de reenviar cualquier contenido: quién lo dice, cómo lo sabe y dónde puedo comprobarlo.
Solo después de responder a estas cuestiones es responsable compartir un mensaje. Merchán animó a “actuar como buenos periodistas” y recordó que la verificación vale más que el prestigio. Incluso un experto puede equivocarse si no aporta evidencias.
El profesor también alertó sobre la trampa de expresiones como “los expertos dicen” o “según un informe” sin que se especifiquen datos concretos. Son formas de autoridad vacía que debemos evitar.
Un mensaje para cerrar la cadena
Merchán llamó a la prudencia: no pasa nada por cortar una cadena de rumores, aunque el contenido pueda parecer plausible. “No les daríamos comida caducada a nuestros amigos; no les demos información caducada”, recordó. La responsabilidad empieza por uno mismo: solo compartimos aquello que hemos verificado.
Sobre Iker Merchán
Iker Merchán Mota es doctor en Periodismo y profesor en la Universidad del País Vasco (EHU). Miembro del grupo consolidado Bitartez y codirector del Observatorio del Periodismo Machista, centra su investigación en cómo la comunicación digital puede reducir la exclusión social y promover la igualdad en los entornos digitales.