El rock español ha perdido a uno de sus pilares. Jorge Martínez, voz, guitarra y alma de Ilegales, falleció este martes a los 70 años en el Hospital Central de Asturias a causa del cáncer de páncreas que padecía. La noticia ha conmocionado al mundo de la música, que despide a un creador irrepetible, mordaz, lúcido y rebelde como pocos. Su muerte deja un vacío imposible de llenar y un legado imprescindible para generaciones enteras.
Una despedida anunciada pero igualmente devastadora
La banda había cancelado hace meses su gira prevista para 2025 tras conocerse el diagnóstico de Jorge. Él mismo comunicó públicamente que se retiraba para centrarse en su tratamiento, un mensaje que entonces ya sonó a despedida, aunque sus seguidores conservaron la esperanza de volver a verlo sobre el escenario.
Esa gira suspendida debía presentar Joven y arrogante, un disco con el que el artista pretendía reafirmar la esencia indomable de Ilegales. La enfermedad avanzó con rapidez y lo apartó definitivamente de los focos, pero nunca apagó su espíritu.
Respeto, admiración y una carrera que marcó época
Hablar de Jorge Martínez es hablar de respeto absoluto en la industria. Su figura es sinónimo de coherencia artística, de una vida entera defendiendo un rock afilado, contestatario y sin concesiones.
Desde los años ochenta, Ilegales levantó un sonido propio con guitarras crudas, letras irreverentes y actitud punk, convirtiéndose en uno de los grupos más influyentes del país.
Himnos como “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”, “Soy un macarra” o “Problema sexual” sellaron la personalidad de una banda adelantada a su tiempo. Con ellos, Jorge no solo creó canciones: creó una forma de estar en el mundo.
El macarra sensible que cambió el rock español
Quienes lo conocieron de cerca lo describen como un creador feroz y, a la vez, profundamente culto. Tras la pose dura, había un músico meticuloso, lector voraz, reflexivo y tremendamente sensible. Esa dualidad —la furia eléctrica y la mirada poética— fue siempre su seña de identidad.
Su influencia se extiende a varias generaciones de artistas, desde bandas de rock urbano hasta grupos de punk y pop alternativo que han visto en Ilegales un referente de libertad creativa.
Un adiós que duele, un legado que permanece
Jorge Martínez se marcha, pero su obra permanece intacta: eterna, incómoda, luminosa y necesaria. Para miles de seguidores, su música fue compañía, refugio y arma; una banda sonora que enseñó que el rock podía ser descarado, honesto y profundamente humano.
La música española pierde una voz histórica, pero su mensaje seguirá resonando.
Porque Jorge no fue solo un músico: fue una leyenda que enseñó a varias generaciones a vivir sin miedo, sin filtros y sin pedir permiso.
Descansa en paz, Jorge. Tu rugido seguirá sonando.
