El pueblo vasco que esconde un “pequeño Vaticano” a solo una hora de Bilbao

Un destino que combina naturaleza, espiritualidad y patrimonio ferroviario en una escapada perfecta para quienes buscan cultura y calma
El Santuario de Loyola se encuentra en un enclave rodeado de paz y naturaleza. / Santuario de Loyola

En la parte sur de la comarca del Urola, donde los montes del macizo de Izarraitz se abren paso entre praderas y caminos antiguos, se esconde uno de los destinos más completos de Euskadi: Azpeitia. Rodeado de naturaleza y a menos de una hora de las tres capitales vascas, este pueblo ofrece una combinación única de patrimonio religioso, historia ferroviaria y ambiente rural que invita a viajar con calma.

Más que un destino espiritual

El visitante suele llegar atraído por el imponente Santuario de Loyola, cuyo conjunto barroco destaca como una de las obras más monumentales del norte peninsular. Su gran cúpula —diseñada por el italiano Carlo Maria Fontana— muestra por qué muchos lo conocen como un ‘pequeño Vaticano’. El santuario se desarrolló alrededor de la casa natal de San Ignacio, un edificio medieval donde aún pueden recorrerse estancias que conservan la memoria del fundador de los jesuitas.

Pero Azpeitia no se queda en su fama espiritual. A pocos minutos del santuario aguarda uno de los museos ferroviarios más importantes de Europa: el Museo Vasco del Ferrocarril. Ubicado en la antigua estación del Urola, el centro exhibe locomotoras de vapor, vagones restaurados y objetos que permiten entender cómo el tren transformó la vida del valle. Entre primavera y otoño, un convoy de vapor vuelve a ponerse en marcha y ofrece un trayecto auténtico por el paisaje del Urola, con su característico traqueteo y el olor a carbón.

El casco urbano también revela sorpresas: iglesias históricas, antiguas ermitas, casonas nobles y plazas que mantienen el carácter tradicional de la villa. Sus bares y tabernas permiten degustar pintxos o un vaso de sidra local, perfectos tras un paseo por el entorno.

Cómo llegar

Azpeitia está bien comunicada con las principales ciudades vascas: se encuentra a 44 kilómetros de Donostia, 72 de Bilbao y 74 de Vitoria. El acceso más sencillo por carretera se realiza desde la AP-8, tomando la salida hacia Azkoitia. Para quienes viajan sin coche, los autobuses de Lurraldebus conectan con poblaciones cercanas como Zarautz, Zumaia, Donostia o Tolosa, con servicios frecuentes durante todo el año.

Con su mezcla de paisaje, arquitectura monumental y un viaje en tren que parece detenido en el tiempo, Azpeitia se confirma como un destino perfecto para quienes buscan una escapada diferente: un lugar donde la naturaleza y la historia se encuentran sin prisa.


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