Si te has pasado por el mercado de Navidad de Doña Casilda seguramente te haya llamado la atención un stand con luces de neón rosas que venden un producto innovador y rompedor: unos ositos de gominola con alcohol y sabor a distintos cócteles.
OSITOS es un proyecto que nació en la EHU hace cinco años y que tiene su sede en Bilbao. «Poco a poco estamos creciendo, no somos una gran corporación y todo está centralizado en Bilbao. Estamos en los mercados de navidad de varias ciudades», nos explica Ander, uno de los fundadores de la empresa. Desde hace cuatro años cuentan con un puesto en el tradicional mercado de Navidad, empujados por Bilbao Ekintza. «Nos dijeron hace cuatro años que, como teníamos un producto tan distinto, por qué no abríamos un puesto en el mercado de Navidad. Al principio éramos reticentes y no lo llegábamos a ver, pero la acogida fue muy bien y estamos muy contentos», explica.
Una idea que surgió con la intención de «hacer cubatas comestibles» y «recrear una experiencia juguetona y colorida que sea cien por cien adulta» y que poco a poco está adquiriendo más presencia. Sorprendentemente, es en las Canarias donde han encontrado una mayor acogida, y en fechas navideñas venderán también en Eroski «unas cajitas con 12 golosinas con forma de uva y sabor champán para los que no toman uvas en Nochevieja y prefieren una alternativa +18». «Cuando llegas a edad adulta siempre es lo mismo. Lo que buscamos es romper moldes e innovar, reimaginar», añaden.
Una idea que sorprende a la gente
Además de en el mercado de Navidad también se pueden adquirir sus productos a través de su página web. Las bolsas cuestan seis euros e incluyen cuarenta gominolas. Para Ander, la clave de su producto es «en encontrar un equilibrio de buen sabor con un 15% de líquido corrosivo sin que se disuelva ni tenga líquido dentro».
Además, disponer de un stand atractivo a la vista llama la atención de las personas, que siempre suelen acercarse a echar un ojo y terminan ‘comprándoles’ la idea. «Ven un stand con un neón rosa que les llama la atención de lejos y se acercan con cara de curiosidad. Pero en un momento hacen clic, les entra una sonrisa descontrolada y se sienten un poco traviesos. Parece que es una gamberrada adulta», explica.
La pregunta recurrente que muchas personas les hacen es que «cuántos hay que tomar para emborracharse«, tal y como nos apunta Ander. «Aunque una bolsa equivalga a una copa, no está pensado para eso. No es nuestra intención tampoco«, señala.
«Las personas, cuando nos suelen comprar, es porque tienen una quedada con amigos y quieren poner un snack adulto en el medio de la mesa. También en regalos de amigo invisible o incluso en las cenas navideñas junto a los turrones, o si tienes que llevar algún detalle, sueles quedar como una reina», explica.