Quien se adentra en La Arboleda espera encontrarse con caminos rodeados de lagunas, restos de explotaciones y una atmósfera de memoria obrera. Lo que no todos esperan es ver de repente con un tenedor gigante clavado en mitad del paisaje. Una escultura que no solo llama la atención por su forma y tamaño, sino por el mensaje que lanza: “Nos comemos la Tierra y nos morimos de hambre”.
Una obra de siete metros
La obra, realizada por el artista bilbaíno Germán de los Ríos, está hecha en piedra caliza y acero. Su nombre es ‘Hambre’, mide siete metros de altura y pesa la friolera de doce toneladas. Inaugurada en septiembre de 2009, esta escultura se integra dentro de Meatzaldea Goikoa Parkea, donde el arte dialoga con la memoria industrial.
El contraste entre la belleza natural y la dureza del mensaje convierte esta obra en una de las piezas más curiosas y potentes del panorama artístico vasco. Una llamada de atención, en mitad del paisaje, que pregunta sin rodeos: ¿hasta cuándo podremos seguir comiéndonos la Tierra?