Volver a la rutina tras las vacaciones no siempre es fácil. Muchas personas experimentamos lo que se conoce como síndrome postvacacional, un proceso de adaptación que, cuando se complica, puede generar síntomas similares a los de una depresión leve: apatía, fatiga, insomnio, irritabilidad, ansiedad e incluso bloqueo emocional. Aunque no está reconocida como enfermedad en las principales clasificaciones médicas, su impacto sobre el bienestar es real.
Este síndrome se ha hecho más visible en los últimos años, probablemente porque nuestra vida moderna, marcada por el estrés y la hiperexigencia, ha acentuado la dificultad de desconectar y reconectar con el mundo laboral.
¿Se puede evitar?
No siempre se puede evitar por completo, pero sí minimizar sus efectos. La clave está en preparar la vuelta con antelación, recuperar poco a poco los hábitos y evitar los cambios bruscos. Si el regreso al trabajo te resulta demasiado cuesta arriba, lo más probable es que necesites reorganizar tu ritmo y tus prioridades para que la rutina no se convierta en una losa.
Recomendaciones para una vuelta más llevadera
Para suavizar el aterrizaje, estos 10 consejos pueden ayudarte a gestionar mejor el cambio:
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Regresa unos días antes a tu residencia habitual para readaptarte con calma.
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Recupera tu horario de sueño gradualmente: duerme y despierta un poco antes cada día.
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Vuelve a tus hábitos alimentarios y de ejercicio de forma progresiva.
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Define objetivos realistas: empieza por tareas pequeñas y alcanzables.
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Organiza tu agenda priorizando lo urgente y deja espacio para imprevistos.
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Valora los pequeños placeres del día a día: una conversación, un paseo, una pausa para el café.
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Mantén las aficiones iniciadas en verano: leer, caminar, tocar música…
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Respeta tus momentos de descanso incluso dentro de la jornada laboral.
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Si puedes, planifica escapadas cortas para tener nuevos estímulos en el horizonte.
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Recuerda que es un proceso pasajero: tu bienestar emocional no depende solo del trabajo.
La vuelta a la rutina no tiene por qué ser un drama. Con algo de planificación y autocuidado, puedes recuperar tu energía y motivación sin que el fin de las vacaciones te pase factura.