
Bego, médico bilbaína, no olvidará su viaje a Rumanía. Esta mañana, el autobús de linea que les llevaba de Brasov centro a la estación de tren ha tenido un accidente: «Íbamos a una velocidad maja y hemos llegado a una zona con un Stop. Un coche se lo ha saltado y el vehículo que iba delante nuestro ha frenado para no llevárselo por delante. El autobús también ha tenido que intentar frenar pero era imposible evitar el choque».
Bego, que viaja con familiares, iba al tren dirección Bucarest: «Es un bus de linea que te lleva a la terminal. Al ser de linea regular, estaba lleno, con pasajeros con maletas, bolsas y muchos de pie». El choque ha sido tan fuerte que algunos pasajeros han «volado» en el interior: «Estábamos sentados y encajonados por las maletas pero el señor que iba sentado al lado de mi hija ha caído al pasillo y le hemos tenido que atenderle de una brecha en la cabeza», cuenta la médico bilbaína. Y es que, un viaje de tránsito, se ha convertido para Bego en una puesta en escena de su trabajo: «He atendido a los heridos que he podido, cuando he visto que ninguno era de mucha gravedad hemos salido corriendo para buscar otro transporte y poder llegar al tren».
Anécdota inolvidable
Por suerte todo ha quedado en un susto y Bego y su familia no están heridos: «He empezado el día mal, nos hemos confundido de parada. Nos hemos dado cuenta y nos hemos bajado del autobús, en el que estábamos, para subirnos a este, que es el que ha tenido el incidente. Por suerte, tras el susto de lo ocurrido y tener que salir rápido para llegar al tren, ahora ya continuamos el viaje hacia su destino».
Este día intenso ha continuado con el hallazgo de algo de dinero en el suelo, así que Bego piensa que cuando algo empieza mal no hay que perder la esperanza: «Seguro que lo mejor está por llegar». Lo que si ha hecho Bego es dejar constancia de que la vocación viaja también con ella de vacaciones.