Con más de treinta pasos a nivel, Zalla arrastra desde hace años la necesidad de una actuación profunda que mejore la seguridad. Adif ha adjudicado ya por 1,4 millones de euros la redacción del proyecto que reordenará la red en Aranguren, una intervención que permitirá eliminar 12 pasos a nivel y liberar un kilómetro de vía. Pero detrás de esa mejora técnica se está generando un conflicto social que no deja de crecer
Entre las afectadas se encuentra Itziar, vecina del barrio, que asegura que el proceso siempre ha ido por delante de la ciudadanía. Según explica están “esperando porque la obra se ha licitado este año y estamos ahora a que nos den noticias desde Madrid”.
“Esto se hizo a espaldas del pueblo”
El proyecto incluye el desplazamiento del trazado, la conexión de las líneas Bilbao–Balmaseda y Santander–Bilbao, y la construcción de un nuevo apeadero. Todo ello implica expropiaciones y derribos. Itziar sostiene que la decisión se fraguó sin transparencia: “A ver, tengo que decir, esta la dio el anterior alcalde y la hizo a espaldas del pueblo, porque luego cuando el pueblo se enteró se le echó encima y le dio como un infarto porque no se esperaba que la gente estaba tan en contra”.
La vecina lamenta que, pese al rechazo, las instituciones no hayan reconsiderado el plan. “Ellos siguen en sus trece, no han querido dar un paso atrás”, afirma.
Una variante de un kilómetro con fuertes impactos
La futura traza recorrerá algo más de un kilómetro por Aranguren, una distancia que Itziar considera insuficiente para resolver los problemas donde se producen más incidentes. “En ese kilómetro van a pasar los trenes de Carranza a Santander, los trenes de Balmaceda y va a ser una marabunta”, critica. Y añade que la actuación evitará las zonas más conflictivas: “En el centro del pueblo, que es donde ha habido los atropellos ahí no van a tocar nada. ¿Por qué? Porque sería poner a muchos vecinos en contra”.
El malestar se agrava con los casos particulares. La afectada denuncia que su vivienda está marcada para demolición, pero hay otros vecinos afectados: “A otra vecina le dejan el tren en la puerta de casa, a otra no la han dejado reformar la casa de sus abuelos porque también la tiran abajo y a otros vecinos les dejan solo con una acera delante”.
“Llevo cuatro años viviendo esta pesadilla”
Itziar asegura que todo el proceso le ha pillado por sorpresa, pese a que su casa apenas tiene unos años. “Me la he comprado hace cinco años y me lo dijeron al año. Llevo cuatro años viviendo esta pesadilla”.
La vecina también responsabiliza al anterior equipo de gobierno: “Eso lo han hecho todo a espaldas del pueblo”. Según afirma, el Ayuntamiento actual se ha encontrado con un expediente ya demasiado avanzado como para introducir cambios sustanciales.
Mientras Adif avanza con la fase técnica del proyecto, los afectados en Zalla reclaman información clara, negociación y alternativas reales. Itziar lo resume con una frase que refleja la angustia de quienes pueden perder su hogar: “Me van a tirar la casa y luego a ver dónde voy. Es que no tengo otro sitio donde ir.”
