Dentro del boom que, desde hace unos años, se vive con todo lo relacionado con lo retro el sector de los videojuegos es uno de los que más interés suscita. Y uno de los ‘templos’ del coleccionismo a nivel estatal -o incluso internacional- se encuentra en Bilbao, aunque gran parte de la ciudadanía no es consciente de ello.
Luis Emilio Pérez, técnico informático, abrió Mundopixel en abril de 2016 en la calle Ángel Ortiz Alfau de Miribilla. Lo que en un principio era un rinconcito dedicado a uno de sus hobbys, en cuestión de cuatro o cinco meses terminó fagocitando al local de reparación de ordenadores que había abierto en un principio. «Tuve que dejar la informática para dedicarme a los videojuegos, que era lo que tiraba», recuerda Luis a Radio Nervión.
En las vitrinas y estanterías de Mundopixel tiene juegos en todo tipo de estado y condición. Desde juegos precintados a otros que tienen solo el cartucho. Siempre y cuando sean originales, Luis le propondrá una oferta.
«Mucha gente me manda un producto. Lo taso, lo valoro y le ofrezco un dinero en efectivo y otro en vale para la tienda. Si quiere en efectivo, le puedo hacer una transferencia inmediata, que es lo que suelo hacer con los envíos. Pero yo suelo preferir que se acerquen a la tienda o que me envíen el juego para valorarlo al cien por cien, porque con las fotos no sé si es original o falso o si está roto», explica Luis al preguntarle por su modus operandi.
Eso sí, deja muy claro que su única línea roja es que no acepta las imitaciones o reproducciones que cada vez son más frecuentes y populares en los mercados de compraventa de videojuegos. «Aquí no tolero falsificaciones. Ni he vendido ni he tenido nunca falsificaciones«, sentencia rotundo.
«Todas las semanas viene gente que les han engañado, ya sea por aplicaciones de compra-venta o incluso en mano. Hay falsificaciones muy malas y otras excelentes, que te las pueden colar», añade. Y es que Luis lleva más de 25 años coleccionando videojuegos, por lo que ya tiene el ojo y el callo suficiente para separar el grano de la paja. «Hay que saber que cada modelo de consola tiene algún fallo. O por el tacto: el gramaje, el peso, la calidad de impresión… Hay muchos factores que te hacen ver si algo es falso a simple vista«, apunta.
¿Cómo se tasan y se conservan los videojuegos?
El valor de un videojuego viene determinado principalmente por su rareza. Pero no menos importante es la demanda que pueda tener. «Por ejemplo, hay muchos juegos de Atari que vendieron muy poco hace cuarenta años. Pero no tienen casi demanda y su precio puede oscilar entre los diez y los treinta euros», explica Luis.
Esta rareza viene determinada también por varios elementos como la región en la que se publicaron originalmente, o incluso si se publicó tan solo en un país. Es el caso de una de las ‘joyas de la corona’ que tiene Mundopixel: una copia de Phantom Air Mission, un videojuego publicado para la NES que, en el mercado europeo, tan solo se publicó en España. «Es un juego bastante raro de ver. Coleccionistas de todo Europa te lo andan buscando y es rarísimo verlo en un buen estado porque no vendió prácticamente nada. Claro, teniendo el Super Mario Bros 3… ¿Por qué te ibas a comprar un simulador de vuelo en 8 bits?», bromea.
Las consolas de 8 y 16 bits como SNES, Game Boy o Megadrive son las que más demanda tienen generalmente. Aunque últimamente la Play Station y la Nintendo DS también están teniendo su mercado. Pero si hay una franquicia de videojuegos que arrasa por goleada en todo lo referente al coleccionismo es Pokemon, sin lugar a dudas.

Por supuesto, la conservación de cada producto también es determinante. No se tasa igual un videojuego que esté en perfecto estado que otro que esté abollado, no tenga o el manual de instrucciones o que tenga únicamente el cartucho. Al tratarse también de un material sensible y delicado, Luis tiene que tener en consideración varias cosas para que los productos no se deterioren.
«Todos los productos están revisados y enfundados en plástico. Los productos que me llegan los desmonto y los limpio por dentro y por fuera, me gusta dejarlos de la mejor manera posible. Y controlar la humedad del local es importante porque también es malísimo para los circuitos. Son cosas básicas de electrónica, pero al final es todo para no maltratar y proteger un cartón y un material que ya tiene veinte o treinta años. Simplemente, cuidar las cosas y dejarlas como estaban en aquella época, que no se estropeen», explica.
Clientes de todo el mundo y también por Internet
Mundopixel es la única tienda de Euskadi que se centra única y exclusivamente en los videojuegos retro. Aunque su tienda sea bastante desconocida en Bilbao, es toda una referencia a nivel estatal e incluso europeo. «Tengo mucha gente de Bilbao y alrededores, pero el noventa por ciento de mis clientes son de fuera del País Vasco», sentencia Luis.
Y es que es un habitual en eventos dedicados al coleccionismo de videojuegos. A su local viene gente de Madrid, Málaga o Murcia, pero también de otros países como Francia o Alemania. Incluso ha viajado gente desde Estados Unidos, Finlandia… Y Japón. «Me compraron muchas revistas. Les sorprendía la tipografía y el tipo de letra. También me trajeron bolsas del Super Potato o del Taito Center. Me trajeron cosas típicas de allí y se llevaron cosas que son diferentes para ellos», rememora.
Además de en su tienda, Luis vende sus productos a través de un canal de Telegram que cuenta con unos 1.800 usuarios. Antes también vendía a través de su página web, pero hace tiempo que no la actualiza porque «no doy a basto a reponer el stock. Lo subo a Telegram y la gente me habla, se mueve todo muy rápido», explica.