El último informe del Instituto Vasco de Estadística (Eustat) revela que Barakaldo ocupa la posición 150 de 252 municipios vascos en generación de riqueza por habitante, descendiendo cinco puestos respecto al año anterior, siendo uno de los municipios que más riqueza genera. Aunque el PIB per cápita ha subido a 29.018 euros, la anteiglesia se sitúa en la mitad inferior de la tabla, muy por detrás de municipios como Zierbena, que encabeza la lista con 539.311 euros per cápita, y Zamudio, segundo en riqueza, consolidando la brecha económica en Bizkaia.
Barakaldo: industria y servicios
El informe de Eustat muestra que Barakaldo sigue dependiendo principalmente del sector servicios, que genera 2,1 millones de euros al año, mientras que la industria aporta solo 172.000 euros y la construcción 247.000 euros. La Administración pública, incluyendo sanidad y educación, es en realidad el mayor generador de riqueza del municipio, con 823.505 euros, frente a 528.272 euros de comercio, hostelería y transporte.
Leioa, Getxo y Amorebieta
A pesar de estar en la posición 150 por riqueza per cápita, Barakaldo se mantiene como el cuarto municipio en riqueza total, con 2,88 millones de euros, por detrás de Bilbao (14,25 millones), Vitoria (10,71 millones) y San Sebastián (9,01 millones). Otros municipios destacados por su riqueza son Leioa (1,94 millones), Getxo (1,98 millones) y Amorebieta (1,58 millones).
Municipios con menos renta
Por el contrario, los municipios con menor capacidad económica en Bizkaia, según el informe, se encuentran en la franja baja, incluyendo localidades más pequeñas que no superan los 30.000 euros per cápita, mostrando una gran desigualdad interna en la provincia. Asimismo, zonas rurales o con menor densidad industrial o de servicios avanzados, como las comarcas de Arratia, Busturialdea o partes de las Encartaciones, suelen registrar niveles de actividad económica y producción por habitante más bajos que la media provincial, lo que también indica menor PIB per cápita.
Esta radiografía económica de Bizkaia pone de manifiesto la gran concentración de riqueza en unos pocos municipios y la necesidad de políticas que fomenten la diversificación industrial y la inversión en localidades más desfavorecidas para equilibrar la prosperidad en el territorio.