El Tribunal Supremo ha fijado doctrina sobre uno de los fraudes más frecuentes en la banca digital: el phishing. Según la sentencia hecha pública el 7 de mayo, cualquier pago realizado como consecuencia de un engaño digital no se considera autorizado y, por tanto, el banco tiene la obligación de reponer el dinero sustraído al cliente.
Siempre que no haya negligencia grave
El caso que ha dado pie a esta resolución afecta a un usuario al que retiraron más de 83.000 euros de su cuenta mediante operaciones no consentidas. La sentencia del Supremo confirma el criterio de instancias inferiores que ya habían dado la razón al afectado, al considerar que actuó con la debida diligencia y que la operación fue consecuencia directa de un fraude.
La resolución deja claro que los bancos tienen una responsabilidad cuasi objetiva como proveedores de servicios de pago. Solo podrán eludir el reembolso si demuestran que la operación fue autenticada, registrada correctamente, sin fallos técnicos y que el cliente actuó con fraude o negligencia grave.
La sentencia también pone el foco en las entidades financieras, que deben contar con sistemas de seguridad eficaces capaces de detectar operaciones sospechosas, bloquear movimientos de riesgo y proteger al usuario frente a este tipo de delitos. El hecho de que los ciberdelincuentes utilicen técnicas cada vez más sofisticadas no exime al banco de su deber de protección.
La recomendación es clara: si eres víctima de phishing, denuncia cuanto antes y exige a tu entidad bancaria la devolución inmediata del dinero sustraído. Si no actúan, recuerda que tienes derecho a reclamar.
